CRÓNICA “DETRÁS DEL CIRCO CHINO”
Recopilación de la obra “La eterna parranda”
Alberto Salcedo Ramos, un cronista que se caracteriza por la
sobriedad en cada una de sus obras; en
el que evita el rebusque de raras palabras y de tontos dramatismos; sino por el
contrario es un contador de buenas historias; entre las que puedo nombrar Detrás de un circo chino, el cual hace
parte del compendio de la obra “La eterna
parranda”, la cual es una recopilación de las 27 mejores crónicas que ha
escrito en los últimos 15 años y en su portada un grupo de música tocando
tambores y clarinetes como una forma de hacer un homenaje a la Colombia sumida
a una parranda eterna. Que dicho en sus propias palabras como una “Parranda no solo como fiestas, sino como
disturbios de los sentidos, como espacio de irresponsabilidad…”
En la crónica, Detrás del
circo chino, Salcedo narra los eventos que
acontecen a la llegada del Circo Chino de Pekín a Pereira. Describe de
manera sencilla una historia y las vivencias que rodea a cada uno de sus
personajes durante montaje del circo.
Dibuja en su crónica como Berlys de Ávila, observa como su marido
delimita con cal el área en donde se levantará la carpa, acompañada con un
equipaje en donde quizás no solo guarda cada una de sus pertenencias más
preciada sino además los recuerdos que no piensa dejar atrás por más caminos que
recorra.
Mientras esto sucede, según lo narra Salcedo, el capaz de cuadrilla
empieza a reclutar personal para colaborar con el montaje del Circo. Y sin dar
espera sacan de cuatro de los catorce tráiler las torres centrales, cables,
madera, acero y bultos de lona para empezar a armar con destreza la carpa,
hasta el punto que se concentran mejor
en cantar una balada de Leo Dan, según narra Salcedo.
Mientras el tiempo transcurre todo va tomando forma tras la
aprobación del administrador Aaron Villavicencio, que según Salcedo era el
único que estaba sentado, fue un detalle
que le llamó la atención, pero finalmente era el Administrador y así como él
cada uno tenía una función que ejecutar durante el montaje del circo.
Salcedo, entre líneas relata como el administrador no le da
importancia a ciertos eventos, pero quizás su prioridad era dónde se surtirán
de agua mientras permanecían en Pereira.
Un aspecto que el narrador describe con detenimiento son los
aspirantes a quienes se conocen como extras en el mundo del circo, y detalla
cómo estos le explican al capataz de cuadrilla José Pechilingue sus habilidades
circenses.
Salcedo, se detiene y observa
como las personas que hacen parte de la caravana incluyendo a Berlys de
Ávila la confunden con familias desplazadas
por la violencia y los peatones evitan en lo posible el contacto con ellos.
Muchos los ignoran, quizás porque viven una vida andariega cargando
su propia carpa y la plantan lejos del fulgor
de las pistas, a donde no llega ni el más remoto eco de los aplausos,
así con esta tristeza lo narra Salcedo.
Y el tiempo transcurre y muchos comentan la ilusión y orgullo de ser
artistas de circo a cambio de vente mil y treinta mil pesos, sobre todos a las
mujeres quienes, según Salcedo son el soporte de esta aventura.
Por eso, los dueños del circo se alegran cada vez que brotan un
nuevo romance bajo la carpa, como es el caso del amorío más reciente de Cesar
Cabeza con María Barrios, que después de cuatro días de haberse conocido
empezaron a vivir juntos.
Y así Salcedo termina su crónica relatando como hasta muy tarde de la noche, la imponente
carpa Circo Chino de Pekín ya está lista en la espera de dos mil quinientas
personas en cada una de las funciones diarias de lunes a viernes y tres los
sábados y domingos. Y que al momento de abrir el telón todas las lágrimas y
sudores que costó armar la carpa no son tan importantes como el circo mismo.
JULIÁN MESINO ESTRADA
GRUPO GD5
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